Toda demolición supone riesgos, pero estos se reducen al mínimo cuando existen las medidas preventivas para efectuarlas.

Lo más importante es la presencia de una Dirección Técnica.  No se puede derribar ninguna edificación sin antes haber ejecutado un estudio previo sobre su estructura. Este debe constar de documentación gráfica para tener conocimiento sobre los elementos a demoler y todos los detalles respectivos a cómo ha sido su edificación para asegurarse de todas las partes que puedan ser afectadas durante la demolición.

Para el control de lo último, los profesionales deben sanear todas aquellas zonas con riesgo de desplome descontrolado para, posteriormente, acotar el perímetro de la obra.

Además, es de máxima importancia que todas las escaleras de la edificación estén libres de obstaculizaciones hasta su derribo.

Si el derribo supera los 2 m de altura

Cuando el derribo supere los 2 m de altura, se deberán colocar andamios de servicio o cinturones de seguridad y, en caso que se empleen más de 6 trabajadores para realizar la actividad, es recomendable tener un jefe de equipo para centralizar y organizar adecuadamente la actividad.

Cómo prevenir la caída de objetos

Como se ha expuesto anteriormente, se debe delimitar el perímetro de la obra con un sistema de vallado u otro con la misma eficiencia.

Además, también se debe acotar una zona de seguridad e insertar conductos para evacuar correctamente los escombros producidos, para que así la demolición sea segura.

Los profesionales

Los profesionales, como recurso humano, deben ir protegidos en todo momento por gafas de seguridad, casco protector, guantes de cuero y botas con puntera metálica para así evitar la colisión de elementos exógenos en su cuerpo durante la demolición.

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